domingo, 2 de mayo de 2010

Juicio Penal Diligencias previas 17-10-1994 Nº 4731

Diligencias previas 17-10-1994

NOTA: Transcribo el texto íntegro, que yo misma dicté a mi letrada, Dña. Mª Esther Castellanos García, por desconocer ella los hechos, pero dado que aún así, contiene distintos tipos de errores, corrijo los ortográficos y de redacción y añado, entre paréntesis, alguna palabra o explicación, para facilitar la mejor comprensión de este texto.


TOMO 1
Juzgado de Instrucción Núm. 21
Madrid
DILIGENCIAS PREVIAS
Número 4731
Nº Rtro. Gral. 6362
Fecha incoación 17-10-1994
Sobre imprudencia

Denunciante:
Berta-Isabel Cuadrado Álvarez
Procuradora:
Sra. Arduán Rodríguez (Rocío)
(Letrada:
Mª Esther Castellanos García)

Denunciados:
1. Mouffak Manla Barudi
Proc. Sra. de Zulueta Luchsinger
2. Dr. Arcas Meca
Proc. Sra. López Thomas
3. Pérez Pedrero
Proc. Sr. Codes Feijó
4. Mª Luisa Sánchez Sánchez
Proc. Sra. Álvarez del Valle Lavesque


Decanato Juzgados (Madrid)
Oficina registro y reparto Penal
Asuntos Penales e Instrucción
Nro. Registro General: 298820/1994
Procedencia: 5/5 p. Reparto/ Penal
Nª de Referencia: NO CONSTA
Fecha de presentación: 11/10/1994
Fecha de Registro: 11/10/1994
Terminación: 0
Clase: A6 Ordinarias
Destino: 1221 Jdo. Instrucción 21
6362, 4731
______________
INTERVINIENTES
______________
ORD APELLIDO, NOMBRE
______________
1. CUADRADO ALVAREZ, BERTA ISABEL
2 DR. MANLA
3 DR. ARCAS MECA
4 DRA. PÉREZ PEDRERO
5 DRA SÁNCHEZ SÁNCHEZ



AL JUZGADO DE INSTRUCCIÓN
Dña. Berta Isabel Cuadrado Álvarez, mayor de edad, y con domicilio en la calle XXX, de Madrid XXX, ante este juzgado comparece y como mejor derecho proceda,


DICE:

Que por medio del presente escrito presenta denuncia por un presunto delito de imprudencia profesional con resultado de muerte, contra el Dr. Manla con Nº de colegiado 31502y domicilio en la Clínica Moncloa de Asisa, sita en la Avenida de Valladolid; Dr. Arcas Meca, con domicilio profesional en la Clínica Moncloa, sita en la Avenida de Valladolid Nº; la Dra. Pérez Pedrero de la Unidad de Cuidados Intensivos, igualmente de la misma Clínica; contra la Dra. Sánchez y Sánchez con Nº de colegiado 18.096, igualmente de la Clínica Moncloa; así como contra el médico de urgencias que le atendió el día 1 de julio a las 14 horas hasta las 24:30 horas de la noche, y el Dr. que estaba de guardia en la UCI el día 1 de julio entre las 7 de la tarde hasta las 8 de la mañana del día 2 de julio, desconociendo este parte, el nombre de ambos.

HECHOS:

PRIMERO.- Que el día 13 de junio del presente año (1994), mi esposo D. Vicente Morillo Monje, se empezó a sentir indispuesto, devolviendo la cena sin digerir y tosió toda la noche, por lo que llamamos a urgencias de ASISA, recomendándonos (esta) que fuéramos a la Clínica Moncloa a la mañana siguiente ya que era de noche.

SEGUNDO.- Que el día 14 acudimos, como se nos dijo, a dicha Clínica, atendiéndonos el Dr. Manla por estar de guardia. El cual le dijo ( a Vicente) que no tenía nada grave y que se fuera tranquilamente para casa, ya que era un simple resfriado, y eso que D. Vicente Morillo, al tener implantada una válvula en el corazón (error de la letrada, debía haber escrito: "válvula aórtica") era un paciente de alto riesgo y su esposa había notado un sonido muy raro en el corazón, y su esposa tenía sospechas de que le había fallado la válvula, ya que el corazón no le latía normalmente, y al respirar parecía como si el corazón le hiciera burbujas, y al toser expulsaba esputos rosados.

TERCERO.-El Dr. ante estas manifestaciones, se rió y dijo a la esposa que no se pusiera nerviosa, que se fuera a su casa y si se ponía peor que volviera, recetándole, tal y como se puede comprobar por el parte (de urgencias) que se presenta, Primperán y Almax Forte.

CUARTO.- Que dicho médico, al conocer que tenía una válvula de Hancock, debía haberle recetado inmediatamente un antibiótico a fin de impedir que se produjera una infección y que la misma dañara la válvula, lo que supondría un paro de la misma en pocas horas.

Sin embargo, el médico (de urgencias, Dr. Manla) no le recetó nada (para impedir la infección de la válvula) e hizo caso omiso a los antecedentes del enfermo y a las observaciones de su esposa.

Igualmente, la esposa puso de manifiesto que los anteriores informes médicos, determinaban una regurgitación aórtica, y la esposa temía que esta se hubiera agravado, pero el médico dijo, sin apenas, mirarle, que no se notaba nada de eso.

QUINTO.- Que por las opiniones de los médicos y por los partes (médicos) que dictaron (en urgencias) se dio el alta médica a D. Vicente sobre las 15 horas del día 14, pese a que el (luego) fallecido seguía muy cansado, muy pálido y sin ganas de comer. Que igualmente tenía una tos seca que le impedía estar acostado, por lo que tenía que estar de pie.

Por la noche de ese mismo día, al acostarse, no podía ponerse de ninguna forma, ya que no dejaba de toser todo el tiempo. Sobre las 2:30 horas de la madrugada del día 15, la esposa volvió a llamar a urgencias, y le dijeron que volviera a llevarle a la misma Clínica (Moncloa), solicitando la esposa una ambulancia, ya que su marido se encontraba muy mal, diciéndole ( a ella) que no, porque no había sido recetada, que pidiera un taxi.

SEXTO.- Que la esposa, ante la tardanza del taxi, volvió a llamar a urgencias, diciéndoles que mandaran una ambulancia ante el grave empeoramiento de D. Vicente, diciéndole que no fuera pesada y que no podían mandar una ambulancia sin receta médica.

SÉPTIMO.- Que D. Vicente se levantó de la cama, y empezó a echar sangre al toser, y empezó a temblar y (a) sudar y tenía 38 (grados) de fiebre, por lo que la esposa, ya muy asustada y nerviosa, volvió a llamar a Urgencias, pidiendo nuevamente una ambulancia, por lo que la pusieron a hablar con el médico de guardia, el cual le dijo "que dejara de dar la noche, que ya era la tercera vez que llamaba, y que esperara al taxi, que no era grave lo que tenía".

Cuando llegó el taxista, que (tan tarde porque) no encontraba la casa. El taxista no podía llegar hasta (la puerta) de la Clínica (porque había entrado junto a la orilla del rio), por lo que D. Vicente tuvo que andar más de 100 metros hasta el hall, con una toalla en la boca para (recoger) la sangre que manaba y (estaba) tiritando. Al verle como iba, y que se desmayaba, y que su esposa no podía con él, corrieron a atenderle y a sentarle en una silla, retirándole toda la toalla llena de sangre, mientras, seguía tosiendo constantemente, por lo que fue atendido por la Dra. María Cruz Pastor Verde, la cual le atendió muy humanamente, y al verle tan mal dijo porqué no había ido antes al hospital, por lo que la esposa le mostró el informe de urgencias del día anterior, asombrándose (esta Dra.) de que le hubieran dado el alta con el cuadro médico que presentaba. Dicha Dra. le aoscultó y le atendió, teniéndole en observación toda la noche. Después del Eco-cardiograma me comunicó (comunicó a la esposa) que la válvula había fallado (y) producido un edema pulmonar, por lo que tenía que ser inmediatamente ingresado en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).

OCTAVA.- Desde las 12:48 horas del día 15 de junio, hasta el día 17 del mismo mes, en que la Dra. Pérez Pedrero, en su consulta, que tenía a diario, comunicó a la esposa que el problema del edema pulmonar había sido subsanado, y que estaban pendientes del informe del Cateterismo que le habían hecho el día 16 por la tarde. Que lo encontraba bastante bien, que tendría que restablecerse para poder ser intervenido quirúrgicamente, por lo que le darían en planta un tratamiento, y que si la esposa quería, se lo podría llevar a casa mientras esperaban la operación, y cuya única condición era que siguiera dicho tratamiento.

La esposa comentó (a esa Dra.) que si su esposo tenía que ir a su casa y se podía esperar, que a ella le gustaría que le operara el Dr. Girao (Artero Girao), que era el doctor que le implantó (le había implantado) la válvula (en el Ruber) y la Dra. dijo que sería mejor, ya que siempre era más recomendable un Dr. que conozca (conociera) al paciente.

DÉCIMO.- El día 16 de junio, el Dr. Sobrino Daza, le había realizado, entre las 19 y las 21 horas, un Cateterísmo, informando a la familia (esposa) que le había hecho un cateterismo muy largo y muy completo, y que el corazón de su marido era joven, y lo había aguantado perfectamente, aunque sentía comunicar(le) que tendrían que cambiar(le) no solo la válvula aórtica, sino también la mitral. Según el informe de ese Dr. su corazón contraía bien y no tenía lesiones coronarias obstructivas, por lo que creían que todo iría bien, aunque la operación era muy seria.

UNDÉCIMO.- D. Vicente permaneció en planta desde el día 17 por la tarde sobre las 20 horas hasta el día 24 a las 16:20 horas, que entró en el quirófano. Durante ese periodo de tiempo, la familia (esposa) habló con el Dr. (Artero) que le había implantado la válvula, y le dio el teléfono del mismo al Dr. Arcas Meca, para que hablaran sobre la operación del paciente. Pese a todo esto, el paciente, en ausencia de su esposa, fue convencido por el Dr. Arcas de que su estado era tan grave que no podía salir de la Clínica sin ser operado (por él y allí mismo).

DÉCIMO SEGUNDO.- Ante esta situación, (y) lo inminente de la operación y (dado) que, en ningún momento, pudo la esposa elegir el cirujano, la esposa acudió al Cardiólogo de su marido durante los últimos 15 años, el Dr. Saravia Ripoll, el cuál le comunicó que su esposo podía ser intervenido por quién la familia y el paciente eligieran, y que no tenían porqué obligarles a aceptar un cirujano. El jueves 23 a las 24 horas, el Dr. Arcas Meca fue a comunicar a la familia que al día siguiente, sobre las 16 horas, D. Vicente sería operado. Dicha visita la hizo en compañía de otro médico que haría las veces de anestesista.

La esposa solicitó que el Dr. Artero Girao estuviera en la operación aunque tuviera que ser el paciente y su familia quién pagara su presencia (en el quirófano). Ante lo que el Dr. Arcas se ofendió y manifestó que aunque el Dr. Artero era su amigo, nunca le permitiría que estuviera en una operación suya.

DÉCIMO TERCERA.- La familia consintió la operación, ante la gravedad que manifestaba el Dr. Arcas, (y) temiendo, según los informes de dicho médico, que una dilación de la misma tuviera un desenlace fatal. D. Vicente mejoró (había mejorado) notablemente mientras estuvo (había estado) en la planta, aunque su palidez y delgadez eran grandes. Se levantaba, acudía al servicio y hacía de vientre con normalidad, se duchaba y aseaba, etc.

DÉCIMO CUARTA.- El día 24, sobre las 16 horas bajó (lo bajaron) al quirófano. Anteriormente comunicaron a la familia que una operación normal duraría unas 4 horas. La familia estuvo más o menos hasta esa hora, e igualmente estuvo tranquilo el pasillo del quirófano, pero a las 20:30 horas salió una enfermera del quirófano de D. Vicente dos veces corriendo con tubos de análisis, y otra vez salió corriendo y volvió con otra enfermera, y sobre las 21:30 horas entraron en el mismo quirófano dos hombres vestidos de calle, lo que hizo pensar a la familia que algo grave estaba sucediendo en el quirófano.

DÉCIMO QUINTO.- Que D. Vicente salió del quirófano sobre las 22:30 horas, inconsciente, y el Dr. (Arcas) solamente manifestó (a la familia) que todo iba bien y dentro de lo que esperaba. Manifestó, igualmente, a las preguntas de la esposa, que, la operación había ido bien, solo que había sido un poco más larga de lo normal. La esposa vio a D. Vicente en la UCI sobre las 23:30 horas de esa noche y seguía inconsciente, conectado a (un) respirador artificial, y las enfermeras (le) dijeron que todo se encontraba dentro de los cauces normales.

DÉCIMO SEXTO.- A la mañana del día siguiente estaba consciente, y por la tarde, le quitaron el respirador artificial. EL día 26, la máquina de drenaje estaba llena de sangre, y la esposa preguntó a la Dra. Pérez Pedrero que si tenía hemorragia, a lo cual a (la) Dra. Respondió que había tenido un poco más de lo normal, pero que ya estaba corregido, y que todo estaba controlado. La esposa pudo comprobar, en la visita que le hizo por la tarde, que las pulsaciones eran muy bajas, a veces tenía 46, y entonces, habló con el Dr. De la UCI, un médico de unos 50 años y con barba, del cual se desconoce su nombre, y le preguntó que si era peligroso. Dijo que era a causa de su fibrilación ventricular, (ya) que no había sido corregida con la operación, y que le iban a conectar un marcapasos temporal hasta que el corazón cogiera un ritmo normal.

Así, D. Vicente, estuvo con el marcapasos hasta el día 30 del mismo mes, y el mismo doctor (de la UCI) le comentó a la esposa que ese mismo día le mandarían a la habitación ya que su corazón era autónomo.

Que, igualmente, le comunicaron los Dres. de la UCI que se habían pasado en la dosis de Sintrón, por lo que en un día o dos, no le podían (podrían) administrar un medicamento que era un anticoagulante, y que durante un día o dos no podían (podrían) darle más porque su sangre estaba demasiado fluida, y (esto) sucedió sobre el día 27, pese a que se la había puesto casi toda la sangre del cuerpo, casi 4,800 litros.

DÉCIMO SÉPTIMA.- Desde el día 28 D. Vicente comía, y el miércoles 29, le levantaron a una silla, y estuvo unas dos horas sentado. Le levantaron en presencia de su esposa y no se mareó mientras le levantaban. El día 30, sin embargo, ya no le levantaron porque, según la enfermera que le atendía, sospechaban que tuviese una sobreinfección.

La esposa había comentado a los dos doctores de la UCI, que ya que después de la transfusión se había puesto tan amarillo, (ella) quería saber cuál era su grado de bilirrubina. La Dra. Manifestó que había llegado hasta 12, pero que en ese momento descendía, y la esposa manifestó que (le) parecía raro (lo que le decía), y aque D. Vicente cada vez estaba más amarillo y cansado.
El viernes, llamaron a la esposa sobre las 11:30 horas, porque le trasladaban a la planta, y la esposa llegó sobre las 12:00 horas, y esperó, al menos, durante 30 minutos a que le preparasen. Mientras habló con el Dr. de la UCI, el cual le dijo que le habían tenido más tiempo del normal en la UCI porque, como ya había estado dos veces, querían que saliera con la seguridad de que no corría riesgo ninguno, y que si le mandaban a planta, era porque todos los problemas del post-operatorio habían sido subsanados.

DÉCIMO OCTABA.- Pese a eso, D. Vicente manifestó (a la esposa) que se encontraba muy revuelto porque, en la UCI, le habían puesto un enema, y que creyó morir en el esfuerzo para poder hacer de vientre por primera vez, después de 8 días sin poder obrar. Una vez en la habitación, totalmente amarillo y muy sudoroso, le caía el sudor a chorros. Se quedó sin asistencia, ya que no había ningún doctor en la planta, y eso que eran las 13:00 horas.

DÉCIMO NOVENA.- Sobre las 14:20 horas manifestó que tenía un fuerte dolor en el pulmón derecho. Por lo que se llamó a las enfermeras que le hicieron un Electro Cardiograma. Y le dijeron a la esposa que todo estaba bien, y que seguramente era un dolor reflejo o gases, pero nada de lo que preocuparse. La esposa solicitó un médico, pero las enfermeras le dijeron que en ese momento no era necesario, y que si lo fuera, ya llegaría uno.

Al ver que D. Vicente no hacía más que quejarse de que no le llegaba el oxígeno, porque le habían dejado solamente las ”gafas”, la esposa les pidió que le subieran el nivel de oxigeno de 3.5 o que bien, le trajeran una mascarilla, a lo que las enfermeras se negaron alegando que estaba bein.
Sobre las 15:30 le aumentó el dolor, y le pasó al brazo derecho, entonces llegó el Dr. De Urgencias, después de que le llamaran unos 30 (minutos) antes, y le recetó Nolotil(NOTA: Este medicamento potencia la acción del Sintrón, por lo que no se puede administrar a este tipo de pacientes).

D. Vicente no comió ese día nada, e hizo dos deposiciones blandas y verdes y, sin para en todo momento de sudar, y sin que orinara. Y cada vez se le veía peor. Se volvió a llamar al Dr. A las 17:30 horas, pero no apareció hasta las 18 horas. Mandó a la enfermera que urgentemente le hiera(n) dos análisis y una radiografía.

El segundo análisis tenían que hacérselo en el pulso. No se pudo hacer, por no encontrárselo, después de intentarlo durante 20 minutos. Su tensión era muy baja. La radiografía se (la) hicieron a las 19 horas de la tarde. Mientras la esposa, ante su gravedad, habló con el Dr. Manla que estaba de Urgencias (de nuevo), el cual le dijo (a la esposa) que, después de la Radiografía subiría a la habitación (a ver al paciente). Ante la preocupación y la situación de su marido, la esposa fue a la UCI para ver a algún Dr. De se Departamento, y salió la Enfermera Jefe, y le dijo que ningún Dr. De la UCI podía atender a su esposo por haber sido dado de Alta, y que tenía que ser atendido por los doctores de Planta. Negándose, en todo momento a avisar a un doctor. Si bien, se (le) debió de comunicar el estado de D. Vicente al Dr. Arcas, ya que este estaba esperando a la puerta del Quirófano, donde (según manifestó “estaba operando”), cuando D. Vicente salía de (hacerse) las radiografías. Suplicándole la esposa que hiciera algo, que su marido estaba muy grave. A lo cual el Dr. Dijo que no podía en ese momento, y que cuando terminara de operar iría.

D. Vicente fue devuelto a su habitación. Allí seguía quejándose de que no le llegaba el oxígeno. Le pusieron una mascarilla que le estaba pequeña, pero el Dr. (de Urgencias) le aumentó a 10 el nivel de oxígeno. Como seguía sin orinar, le cambiaron la sonda. (Su esposa) le dio tres vasos de agua delante del doctor (de Urgencias) pero no orinó. Seguía sudando mucho. El brazo derecho estaba cada vez más hinchado junto al vientre. Dos enfermeras intentaron hacerle el análisis que no habían podido hacerle antes, pero después de 10 minutos una, y 20 minutos otra, (ambas) desistieron. Su tensión era cada vez más baja.

Cuando llevaron (a la habitación del paciente) las Radiografías, subió el Dr. De la UCI, con una enfermera. Ante la continua queja de falta de oxigeno, fueron a por una mascarilla a la UCI. Durante todo ese tiempo los doctores no dieron (habían dado) ninguna información a la familia de lo que pasaba.

Pese a que el Dr. De Urgencias recomendó que (la esposa) le diera agua con frecuencia, no orinó, no cenó y, sobre las 20 horas, empezó a devolver con unas arcadas muy fuertes -por lo que la esposa avisó a las enfermeras. Y acudieron la del turno de tarde y noche, que acababa de entrar- arrojando bilis verdes y agua. Cuando la esposa fue a taparle, se dio cuenta de que, quizá por el esfuerzo, se le había abierto la herida ( de la operación), ya que tenía una mancha de sangre, en la sábana, encima del pecho. Por lo que llamó a las enfermeras, nuevamente tres veces, pero nadie acudió. Así que la esposa estuvo (el resto del tiempo) con una gasa tapándole la herida.
Sobre las 23 horas, llegó (a la habitación del paciente) el Dr. Arcas. La esposa le preguntó qué le pasaba a su esposo. Que si era por (causa) del enema. Que desde que se lo habían puesto estaba muy mal. Y que ella esperaba que, después de devolver, mejorar, pero que no orinaba, y que su tensión era cada vez más baja, pidiéndole que , por favor, le viera las radiografías (que le habían hecho aquella tarde) y que viera qué tenía. A lo que él (el Dr.) respondió que le juraba que en la operación había ido todo bien, y que todo era debido a un derrame pleural. En ese momento, la esposa no sabía la gravedad (que eso) podía tener. El Dr. Arcas dijo que se marchaba, pero que volvería en un rato. Y nunca más volvió a la habitación.

Sobre las 23:30 horas, D. Vicente, empezó a marearse. La esposa llamó a la enfermera, y le tomó la tensión. Viendo que tenía 4,2, la enfermera salió corriendo a buscar al Dr. De Urgencias, que acudió con el de la UCI. La esposa tomó (del brazo) a este último y le sacó al pasillo, para que le dijera qué tenía su marido, y este le respondió que sentía mucho tener que decirle que se moría, porque su corazón no contraía bien después de la operación, y que no había nada que hacer.

VEINTEAVA.- Era la primera vez que un médico (le) decía a las esposa que su corazón (el de D. Vicente) no respondía después de la operación. Ante el shock, la esposa, durante un rato, no pudo entrar a la habitación estando en la misma, el Dr. De Urgencias. Cuando entró la esposa nuevamente, los doctores y la enfermera se fueron. (Ella) procedió a incorporar a su marido del todo, porque era la única manera de que no se mareara. Pero (él) ya no tenía fuerza ni para hablar. Entonces empezó a pedir un doctor, muy bajo. Y volvieron a llamar a la enfermera. Y vino de nuevo el médico de Urgencias con el de la UCI y otra enfermera. Pidiendo la esposa al doctor de la UCI que le llevaran a la UCI porque se moría, y que le pusieran algo, para que no le doliera. Y así lo hicieron. D. Vicente estaba ya agonizando, y sus ojos se abrían mucho. Dichos doctores le metieron en la UCI sobre la 1 de la madrugada. Esperando, la esposa vio como pasaban con frascos de análisis, y cómo un doctor acudía con una plancha, grande, roja y negra, y cómo otro doctor con una máquina de electro-shock. Sobre las 2:00 horas, y ano había movimiento. (La esposa pidió) hablar con el doctor de la UCI, y él le dijo que le habían provocado un paro para darle un shock, (a) ver si su corazón tomaba fuerzas, pero que no lo habían conseguido, y que no había nada que hacer. La esposa preguntó si se le podía hacer un trasplante, o (ponerle) un marcapasos o algo, y él respondió que era imposible ya que estaba prácticamente muerto, y que solo podía aguantar unas horas. Por lo que, su esposa, pidió verle. Después de esperar media hora, entró donde estaba D. Vicente. Vio como sus constantes vitales eran muy bajas. Marcando el corazón 110 y 70, y la tensión era de 22/20, y la línea de abajo – capacidad pulmonar- era plana. Aunque tenía puesto el tubo de respiración artificial. Todo su cuerpo estaba hinchado, sobre todo la parte derecha del mismo. Su cuello contraído contra el hombro derecho y tenía la lengua fuera y los ojos abiertos, pero insensibles al movimiento, e, igualmente, estaba amoratado.
La esposa manifestó que su esposo estaba muerto, y pidió que no sufriera más, a lo qu ele respondieron que estaba sedado, y que no sentía nada. (El doctor le dijo) que lo dejara en sus manos. Que le harían una punción para ver si le podían sacar la sangre de la pleura, y que, a veces, ocurrían milagros. La esposa se animó algo, y le pidió que hiciera todo lo que pudiera para salvarle la vida. La esposa esperó hasta las 7 de la mañana, y volvió a preguntar si le habían hecho la punción y si estaba mejor. A lo que le contestaron que no se la habían hecho porque esperaban al siguiente turno, pero que no se preocupara porque seguía estable. Que de todas formas no iban a conseguir nada, y que avisara a la familia, porque le desconectarían a media mañana.

La esposa fue a verle a medio día, y comprobó que sus constantes eran las mismas, y que le habían cerrado los ojos. AL esposa vio una cicatriz, a la altura de la clavícula derecha (del paciente) que antes no tenía, y que estaba cubierta por una gasa, aunque se notaba que le habían puesto un líquido gris plateado, como si fuera quemado. Al preguntar (ella sobre esto) le manifestaron que no le habían hecho nada.

Los doctores comunicaron a la esposa que D. Vicente había fallecido a las 18:30 horas del día 2 de julio.

FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Único.- el Art. 565 del C. P. (Código penal) recoge la negligencia por impericia profesional con causa de muerte.

Por lo expuesto,

SUPLICO.- QU e teniendo por presentado este escrtio, se sirve admitirlo y , en su virtud, acordar la tramitación del juicio oral contra los doctores denunciados, por un delito de negligencia, por impericia profesional, y (que) en su día se dicte sentencia, por la cual se condene a los mismos a las penas que marca la Ley, así como a la Responsabilidad Civil subsidiaria en su Clínica Moncloa, en la Avenida de Valladolid, de esta Capital…

OTROSÍ DIGO.- Que solicito se tome declaración a los médicos , y se ofcie, a fin de que se remitan todos los informes médicos del fallecido, y posteriormente se remitan al Médico Forense Cardiólogo, a fin de que emita informe sobre la actuación profesional.

SUPLÍCO .- Que se acuerde proceder a realizar las pruebas anteriormente solicitas.

En Madrid a 9 de octubre de mil novecientos noventa y cuatro.
Berta-Isabel Cuadrado Álvarez

Véase documento completo, más adjuntos, en este PDF.

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