martes, 11 de mayo de 2010

Penal Informe Forense 3 - D Juan Duarte Manzanal - Mis conclusiones

INFORME PERICIAL DE CIRUGÍA CASDIOVASCULAR SOBRE EL CASO 4731-C/94

Analizada la documentación correspondiente al expediente 4731/-C/94 presentado por el médico forense, especialista en Cirugí aCardiovascular, Dr. Juan Duarte Manzanal, ante el Juzgado de Instrucción Nº 21, Madrid, 24 de octubre de 1995.

CONCLUSIONES DE BERTA-ISABEL, LA VIUDA:

1. Mi esposo fue operado e implantado las 2 válvulas gracias a que MUFACE corría con todos los gastos del coste de las mismas, y, creo que también, con el pago diario de la habitación.

2. Cuando al Dr. Arcas, al parecer..., se le fue de las manos el paciente – es decir mi, ahora, difunto esposo - durante o después de  su operación, él ya se había lavado las manos de todo lo que pudiera pasarle a su paciente después de la cirugía, dejándolo a cargo de los doctores de la UCI y UVI, como si ellos solos fueran ya los únicos responsables de su evolución durante el post-operatorio. Deduzco esto porque, él en NINGÚN MOMENTO, se hizo responsable ante mí de comunicarme que la operación NO HABÍA TENIDO EL ÉXITO ESPERADO.

3. Los médicos de la UCI y UVI también podían haberme comunicado sobre su estado de gravedad, después de la operación, pero tampoco lo hicieron, hasta que yo se lo pedí suplicándoselo al Dr./ enfermero que había subido de la UCI sobre las 00:00 horas del día 2 de julio de 1994. Fallaron en su ética profesional respecto al paciente, para salvagüardar el corporativismo médico -que les protege de su responsabilidad Penal y , en la mayoría de los casos,  como lo es el de Vicente Morillo Monje, también Civil-  ante la Ley. Creo que esta responsabilidad legal debería de ser “de por vida” y no extinguirse, al igual que tampoco se extinguen los hechos de que existen fallecimientos por sus negligencias o fracasos médicos.


4. El Dr. Manla, como ya mencioné, hizo caso omiso de mis observaciones -cuyos síntomas me sabía yo ya de memoria después de ser la enfermera particular de Vicente durante 16 años, y según mi corto entender "pecó de imprudencia temeraria".

Si no tenía experiencia, con más motivo, para que le hubiera hecho las pruebas pertinentes -¡cuando yo no sé algo investigo, hasta que encuentro el origen de algo o para cerciorarme de si estoy en lo cierto de mis sospechas o no, o también para descartar posibles errores! ¡En la práctica consciente de la medicina no se puede conformar con un ..." ¡Vuelva Vd. mañana! " -  para corroborar si lo que yo decía era cierto o falso. Así, Vicente se hubiera ahorrado el haber ingresado en un estado casi moribundo, con edema agudo de pulmón y  gran sangrado por la boca. El Dr. Manla, también fue responsable de no asisitir a mi esposo, en ningún momento del día 1 de julio, (esto no se menciona en este Informe Forense 3),  después de que habló conmigo a la salida de la sala de Rayos-x. Pero entiendo perfectamente su capacidad para huir de sus responsabiliddes en el caso. Además, solo era "su palabra contra la mía". ¡Él único testigo que yo tengo ya estaba muerto! Teniendo en cuenta que, el Informe Médico de Urgencias del día14 de junio de 1994, había sido extraido de los piés de la cama de mi esposo -donde permanecía allí hasta entonces, colgado. Pero conseguí me fue entregada una copia del mismo, ante mi amenaza de llevar a la Guardía Civil al Hospital Clínico,  para que fuera registrado de arriba abajo, hasta que este Informe  apareciera, junto con el resto de sus pruebas médicas aportadas por mí, ante el requerimiento del Dr, que le iba a realizar su Cateterísmo.  El mismo día 6 de julio de 1994 (4 días después del entierro de Vicente), permanecí en el Hall de la Clínica Moncloa  -sin comer ni beber- ¡estaba tan furiosa que no me entraba ni la tila!-  tratando de que me dieran las pruebas médicas de Vicente. Estuve allí, desde las 18:00 hasta las 23:horas, con 2 testigos -mis vecinas del 4ºD, las hermanas, Dña. Isabel y Dña. Herminia Cortés),  en que me puse ya a gritar tan fuerte, y con un terrible ataque de  histeria  -como si estuviera loca o ¡porque lo estaba!-  hasta que el Guarda de Seguridad bajó corriendo a la Caja Fuerte de la Clínica y subió - presa del pánico- con todo lo que yo le había pedido metido en una bolsa.  El Cateterísmo de UCI , incluido-  excepto por los Análisis  -que también les exigía, pero que, por lo visto, no me pertenecían- ya que posteriormente fueron entregados por la Clínica en el Juzgado de Instrucción Nº 21.

Luego comprobé que le había sido corregida la escritura de ese primer Informe de Urgencias –antes en negro- después en azul, donde se había reescrito, por encima, la palabra “sin”, encima de “con” “patología urgente”. Véase esto en un círculo en este PDF de Diligencias Previas.


5. Ninguna de las pruebas que le hubiera sido necesario hacer, para descartar, corregir su gravedad su gravedad – re-intervención quirúrgica incluida- creo que no le fueron hechas,  porque mi difunto esposo durante su post-operatorio – porque creo que, al haberle salido mal la operación al Dr. Arcas- ya no resultaba un paciente “económicamente rentable” para la compañía Aseguradora de ASISA. Tal vez, por este mismo motivo, fue también trasladado a Planta, porque según tengo entendido, la estancia en las habitaciones era pagada (25.000 pesetas diarías), me parece que costaba la de Vicente cada día), como ya he dicho antes, por MUFACE, y no por la Aseguradora ASISA. ¿Por qué sospecho esto? Porque el día 1 de julio, ante la falta oxígeno que Vicente experimentaba, pidió reiteradas veces una mascarilla (ya que se quejaba de que con las “gafas” el oxígeno no le llegaba”), que solo le fue puesta ante los gritos que, el Dr. de Urgencias le dio a la enfermera de turno, para que le subiera una de la UCI. Ya que estaba enfermera alegaba tercamente que ya había consumido TODAS las que le pertenecían y que no le podía poner otra, porque ya había agotado el “cupo”.


6. Creo que,  ese también hubiera sido el claro motivo de que, NUNCA le hubieran listado entre posibles candidatos a trasplante - en caso de que este hubiera sido factible, que, al parecer no lo era- porque este hubiera sido un gasto demasiado costoso para una Clínica que, aunque era la más moderna en medios técnicos -pero, también, la más novata en personal, donde, a pesar de  doctores expertos  trabajanban con nuevos equipos de ayudantes.

Creo que el Director de la Clínica tenía muy claro que no iba a “malgastar” en un paciente como mi difunto esposo – por lo que me confirmó el día en que me entrevisté con él, después del entierro de Vicente. Me afirmó que, tanto él  como todo el cuadro médico, me habían hecho un favor, que les debía agradecer, “porque si Vicente hubiera sobrevivido ¿para qué me hubiera servido un hombre que iba a pasarse el resto de su vida convaleciente en cama para el resto de su vida?” Ante este crudo, pero realista comentario, de aquel Director de la Clínica Moncloa, no tuve más remedio que contestarle: “¿Porqué han decidido Vds. por mí lo que yo esperaba de la vida de Vicente, y de sí yo hubiera sido feliz con él estuviera él como estuviera. Aunque a Vd. le parezca que tengo ahora una postura egoísta por mi parte al respecto, debo decirle que … ¡Yo lo quiero vivo, y de cualquier manera! ¡Ya estoy acostumbrada a cuidarle! ¡O es que no se da cuenta de que para mí eso no representa ningún problema”.


7. Después de 6 meses, me enviaron al psiquiatra, porque según los informes de Urgencias de mi tercer shock emocional, aún hablaba de Vicente en Tiempo Presente.


8. Nada de lo que expreso aquí es fruto de un afán de venganza contra nadie. Ni contra personal médico, sanitario de ningún tipo, ni del cuerpo legal. No odio a ninguna de las personas, que directamente o indirectamente fueran responsables en el fallecimiento de Vicente, o de las negligencias legales que este caso por lo Civil, luego se cometieran. Aunque no entiendo el porqué NO PUEDO ODIARLAS, ya que creo que eso, a veces, me hubiera aliviado y ahorrado el sufrimiento emocional de todos estos años atrás. Porque ahora ya no puedo sentir NINGÚN dolor al escribir ni transcribir nada de esto. ¡De lo cual me alegro mucho, tanto por mí como por mis seres queridos! Tal vez, al igual que yo, solo fuimos víctimas de malas circunstancias que convergieron a la par o unas tras otras, y que, hasta este momento aún no han cesado – al menos para mí.


Para más INRI:

Como me dijo, un eminente Cirujano de Cardiología, que trabajaba, en septiembre de 1994 en la Paz, "Le dejaron el corazón hecho unos zorros en la operación. ¡Entre todos lo mataron y él "soliño morreu"!

Penal Informe Forense 3 Cirugia Cardiovascular D Juan Duarte Manzanal

NOTA ACLARATORIA: En esta transcripción añadado numeración, para mejor seguimiento en la conxión textual, puntuación y la fecha "1994", en vez de "1995", en la estancia de Vicente en la Clínica Moncloa (pto. 3), y en el apellido de Vicente, ya que es "Monje", no "Monge".


INFORME PERICIAL DE CIRUGÍA CASDIOVASCULAR SOBRE EL CASO 4731-C/94

Analizada la documentación correspondiente al expediente 4731/-C/94, considero necesario distinguir los siguientes apartados:

1.- Primera visita de D. V. Morillo Monge a la Clínica Moncloa de Asisa.
2.- Segunda visita de D. Vicente Morillo Monje a la Clínica Moncloa de Asisa—(Estudio y Tratamiento).
3.- Situación de espera para la cirugía (17-VI—1994 a 24-V1-1994).
4.- Aspectos técnicos y quirúrgicos de la operación.
5.- Evolución post-operatoria.
6.- Traslado a planta y posterior reingreso en UVI.




1.- D. Vicente Morillo Monge, es visto el día 14-VI-1994, en el servicio de urgencias de la Clínica Moncloa de Asisa, por el Dr. Manla.

En la Historia Clínica realizada por el Dr. Manla, quedaron registrados una serie de síntomas (tos, expectoración sonrosada, dificultad para respirar); así como un signo clínico (soplo diatólico en Foco
Aortico); que unidos a las manifestaciones de Dª Isabel Berta Cuadrado Álvarez, "que escuchaba un sonido raro en el corazón de su marido", debieron ser, analizados de manera muy diferente. Lo primero que nos están indicando los citados síntomas es una situación de Edema agudo de pulmón y lo último, un cambio en la estructura anatómica de la prótesis (probable rotura de Valva).

Además, Dª Isabel Berta Cuadrado Álvarez manifestó que el dia 24-1-1994, el Dr. Rey Neyra, había realizado un estudio Ecocardiográfico, donde ya se diagnosticaba de “disfunción protésica Aórtica". Se debió diagnosticar disfunción protésica aórtica, en esos momentos y tal vez la inexperiencia del Dr. Manla en este campo cardiológico le hiciese valorar más la sintomatología digestiva; de aquí el tratamiento que prescribió: Primperan y Almax. De todas formas y no estando seguro le indicó volver a la Clínica ante cualquier eventualidad.



2.- Segunda visita de D. Vicente Morillo Monje a la Clinica Moncla de Asisa. (l5-VI-1994)

— Se advierte una disparidad de criterios entre los resultados de la cuantificación de la insuficiencia mitral, de los Estudios Ecocardiográficos y Cateterismo. En los estudios Ecocardiográficos realizados previos al cateterismo, la insuficiencia mitral se valora entre leve y moderada. En el cateterismo se diagnostica de severa. Para aclarar este punto sería necesario ver la película del cateterismo. Esta disparidad, se ve con relativa frecuencia en la práctica clínica.

El diagnóstico es claro de disfunción protésica aórtica más insuficiencia mitral ligera, moderada/severa.

En ambos estudios, el resultado de la función ventricular, es decir el funcionamiento del corazón, es
claro: función ventricular normal.

También es coincidente la apreciación de la dilatación de la aorta ascendente tanto en los estudios Ecocardiográficos como en el cateterísmo.

- Me llama la atención, que a pesar de presentar fiebre (37°9 - 38 °) D. Vicente Morillo Monje, portador de un prótesis biológica disfuncionante, no se le realizase en ningún un momento hemocultivos seriados, para descartar la presencia de infección y el tipo de la misma.



3.- Situación de espera para la cirugia de D. Vicente Morillo Monje (17-VI-1994 hasta el 24-VI-l994).

En este apartado debo diferenciar:

A - Situación clínica de D. Vicente Morillo Monje.
B - Relación médico/paciente/familia.


A - La situación clínica de D. Vicente Morillo Monje, era de estabilidad hemodinámica aunque con signos de insuficiencia cardiaca.

- Llama la atención que durante este periodo de tiempo, no se encuentre registrado el resultado del cultivo de catéter, que una enfermera envió, al laboratorio bacteriológico.

- Es correcta la postura médica del Dr. Arcas, al mantener ingresado a D. Vicente Morillo Monje hasta el momento de la cirugía, pero esto no me impide opinar que, D. Vicente Morillo Monje podía haber sido trasladado a otro hospital, y si así lo hubiese dispuesto la familia y si la administración de la Clínica Moncloa de Asisa, lo hubiese aceptado.

Enfermos en situación clínica mas grave, aguda y urgente se están trasladando todos los días entre hospitales.


B - Si Dª Isabel Berta Cuadrado Álvarez manifestó al Dr. Arcas, su deseo de que su marido fuese operado por otro cirujano, el Dr. Arcas debió inhibirse del caso a pesar de la gravedad del mismo.

Oficialmente cualquier cirujano perteneciente al cuerpo médico de Asisa puede operar en la Clínica Moncloa de Asisa.

No es ajustado a deontología médica, jugar con la gravedad del paciente para conseguir su consentimiento y esperar 7 días (17-VI-1994 a 24-VI-1994) para operarle.


No entiendo la actitud del Dr. Arcas negándose a admitir la presencia en su quirófano, de un amigo colega amigo suyo. La actitud del Dr. Arcas no me parece estar en consonancia con el respeto a la Ética profesional y a la supuesta libertad del paciente y familia a elegir cirujano y hospital.



4.- Aspectos técnicos quirúrgicos de la operación (24-VI-1994).

Varios puntos deben ser aclarados:

- Cardioplegia.
- Diversos detalles técnicos.

A - La cardioplegia, es el líquido que se introduce en el corazón, una vez que se pinza totalmente la aorta para que enfriándole se proteja de la isquemia. En este tipo de cirugía consistente en doble sustitución valvular mitral y aortica se puede hacer por los orificios de las coronarios y por el seno coronario retrógradamente. En este caso solo se hizo por los “ostium coronarios”. Correcto.

B - Diversos detalles técnicos. El comentario de los múltiples aspectos que encierra este apartado, queda un tanto minusvalorado, porque aunque las consecuencias de una mala protección son claras para el deterioro de la función ventricular, su comprobación lleva ineludiblemente al estudio anato-patológico del corazón que en el caso de D. Vicente Morillo Monje no se realizó.

- Según informe operatorio, se realizó resección válvula mitral antes de extirpar la prótesis biológica aórtica. Esto me parece anormal, dado que la separación en estas condiciones ofrece mayor dificultad.

- La técnica de dejar la valva posterior de la válvula mitral, se hizo con el fin de conservar la función del ventrículo, sin embargo también puede dar lugar a problemas en el funcionamiento de la prótesis (disfunción protésica), porque el funcionamiento de la prótesis aunque sea bivalva, puede quedar interferido por el propio tejido, o por la posterior rotura de alguna cuerda tendínea de la valva posterior conservada.

Esta complicación puede valorarse clínicamente y con estudios ecocardiográficos torácicos y transesográficos que no se realizaron y cuando se realizó un eco en fase terminal, no hay constancia del informe escrito y el estudio es muy incompleto.


Las prótesis de Carbomedics, son efectivamente de uso habitual en cirugía cardiaca, con buena funcionalidad y resultados, pero debo aclarar que el problema trombótico de una prótesis, no depende solamente del diseño, materiales usados en su fabricación, etc, etc, sino que además depende de la trombogenicidad o coagulabilidad del propio paciente, además de la corrección en el seguimiento del tratamiento anticoagulante.

La disfunción puede consistir en la fractura de la prótesis, no publicada efectivamente, o, en el mal funcionamiento de la misma por porque exista algo, tejido, trombo, que lo impida.

De igual manera se habla de disfunción periprotésica, cuando algún punto que fija el anillo protésico a la aurícula se suelta. Estos tipos de disfunción protésica sí están publicados con este tipo de prótesis.



5.- Evolución post-operatoria.

Aparecieron los siguientes problemas:

- Hemorrágico.
- Inestabilidad hemodinámica (bajo gasto cardíaco).
- Pulmonares.
- Ritmo.
- Fiebre.
- Coagulación.
- Hiperbilirrubenia.
- Insuficiencia cardíaca izquierda.



5.1.- Problema hemorrágico:

Desde los primeros momentos apareció abundante drenaje hemorrágico, como se comprueba por lo hay recogido, más lo que se obtuvo por el drenaje torácico derecho.

Dado que el estudio de coagulación era aceptable, que la situación hemodinámica era inestable, que se le había pasado sangre y hemoderivados, y que seguía drenando, se debió haber reintervenido para asegurarse que no había ningún punto hemorrágico solucionable quirúrgicamente. Además con la reintervención precoz, se podía haber evitado la politransfusión, taponamiento cardíaco y haber disminuido los problemas pulmonar y renal.


5.2.- Problema de inestabilidad hemodinámica (bajo gasto cardíaco):

En los comentarios de la evolución de las 5 y 7 horas de la mañana del día 25-VI-1994, se menciona la existencia de bajo gasto cardiaco

Que se comprueba con su medición a través de un catéter Swan-Ganz.

En esta situación se debía haber pensado:

- Disfunción miocárdica por mala protección, (imposible de comprobar sin la autopsia).

- Taponamiento cardiaco. El estudio ecocardiográfico lo podía haber diagnosticado, aunque la situación clínica era orientativa.

- Disfunción protésica. Un estudio ecocardiográfico lo podía haber excluido.

- Disfunción protésica, es decir, deshicencia producida por la rotura de algún punto de fijación de la prótesis.

Estos aspectos son de máxima importancia para explicar la mala evolución que tuvo D. Vicente Morillo Monje.


5.3.- Problemas pulmonares

Aunque los gases sanguíneos son más o menos aceptables, radiológicamente la situación pasa por Hemotorax derecho, infiltrado bilateral derecho, Edema agudo de pulmón.

La auscultación pulmonar, prácticamente, en ningún momento fue normal, destacando los estertores crepitantes, como signo de la mala función ventricular post-quirúrgica.


5.4.- Problemas del ritmo

Me llama la atención que no se hiciesen hemocultivos seriados, para descartar la infección en un enfermo con los siguientes factores de riesgo para la misma:

- Situación pre-operatoria precaria (aspecto nutricional malo, edema agudo de pulmón).


- Padecer de colelitiasis (al parecer no se llegó a operar).


- Haber tenido vías profundas.


- Haber sido diagnosticado de neumonía.


- Haber sido politrasfundido.


- Bajo gasto cardíaco.


- Sufrir una operación con circulación extracorpórea que disminuyen las defensas del organismo.



5.5.- Problema de coagulación

A lo largo de post-operatorio, hubo hemorragia excesiva, posteriormente hubo problemas en el control del Tiempo de Protombina con descenso del mismo del 15% (cifra bastante baja).



5.6.- Hiperbilirrubinenia

Hay que pensar que su explicación más lógica es la politransfusión recibida por D. Vicente Morillo Monje. Sin embargo, no debemos olvidar la posibilidad la posibilidad de una anemia hemolítica, como consecuencia entre otras causas, de disfunción periprotésica. En algún momento se pensó en ella, pero solo se hizo una prueba de Coombs, que fue negativa, y una haptoglobina, cuyo resultado no aparece en la Hoja de Analítica.

También, en este caso, se hubiera precisado un estudio ecocardiográfico para descartar la disfunción periprotésica.



5.7.- Insuficiencia cardiaca izquierda

En todo momento el paciente cursa con fallo ventricular izquierdo.

En ningún momento se realizan estudios ecocardiográficos, torácico y tranesofágico, para descartar las causas ya expuestas.

La auscultación cardiaca para precisar el funcionamiento de la prótesis, en estos momentos, no es método eficaz ni adecuado, teniendo en cuenta además, que el paciente presentaba muchos ruidosextracardíacos que dificultaban la auscultación cardíaca.



6.- Traslado a Planta. Reingreso en UVI y Éxitus.

Sube a Planta el día 1 de julio, hacia las 13 horas. Aunque ha mejorado sigue en insuficiencia cardiaca izquierda. Momentos después de su llegada a planta, todavía durante el turno de mañana, comienza con dolor em hemotorax derecho, que va “in crescendo”, hipotensión, edema agudo de pulmón.



Situación de Shock, cuyas causas pueden ser:

- Taponamiento cardiaco.

- Mala función ventricular izquierda.

- Disfunción protésica.

- Disfunción periprotésica.

- Embolismo pulmonar.



En la medicación, llama la atención la combinación de
Sintróm + Nolotil
Heparina sódica I.V a dosis de 25.000 U.I. en 24 horas.

Con el Sintróm se puso Nolotil intravenoso más el prescrito por vía oral. El Nolotil potencia la acción del Sintróm.



Don Vicente Morillo Monje, cuando llega a la UVI (AÑADIDO: de nuevo, el día 1 de julio de 1994), está en fase terminal.

En la radiografía llama la atención el mediastino ensanchado, lo cual puede llevarnos a la hipótesis  que D. Vicente Morillo Monje estuviese sangrando. Causas tenía para ello.

El Ecocardiograma que se hizo en estos momentos (no consta informe escrito) no nos aclara el funcionamiento de la prótesis y se diagnostica de mala función ventricular.

Otro hecho a destacar es la existencia de fiebre, leucocitosis y exhudación de la herida operatoria, lo cual nos lleva al factor séptico en la producción del cuadro de shock.




CONCLUSIONES

1. - En la actuación del Dr. Manla, hubo tal vez inexperiencia cardiológica.

2. - La actitud del Dr. Arcas con la familia (AÑADIDO: entiéndase "esposa"), la familia (AÑADIDO: entiéndase "esposa"), no esta de acuerdo con la Ética profesional, ni respeta la libertad del paciente/familia para la elección del cirujano.

3. - Siempre se pensó en mala función ventricular sin especificar la causa. Si hubo mal aprotección miocardiaca, la autopsia únicamente con Estudio Microscópico del corazón, nos lo hubiese aclarado.


4. – La causa de la muerte de D. Vicente Morillo Monje se debió a un cuadro de Shock Cardiogénico producido por las siguientes causas:

4.1. Mala protección miocárdica.

4.2. Taponamiento cardiaco (hemorragia post-operatoria, alteraciones de la coagulación, incorrecto tratamiento anticoagulante).

4.3. Disfunción protésica y /o periprotésica.

4.4. Cuadro séptico (infección).


5.- En ningún momento, durante la evolución de D. Vicente Morillo Monje se pensó en:

5.1. Taponamiento cardiaco que hubiese precisado la reintervención quirúrgica. Con estudios acocardiográficos, torácicos y transesofágico, se hubiese podido diagnosticar.

5.2.- Disfunción protésica. Con estudios ecocardiográficos torácicos y tranesofágicos se podrán haber diagnosticado.

5.3. Disfunción periprotésica. Con estudios ecocardiográficos torácicos y tranesofágicos se podrián haber daignosticado.

5.4. Cuadro séptico. No se hieron nunca hemocultivos.

5.5. Anemia hemolítica por disfunción periprotésica y/o protésica.

Es cuanto tengo que informar según mi mejor saber y entender

Firmado
Dr. Juan Duarte Manzanal

Madrid, 24 de octubre de 1995

Por favor, lea también mi escrito:

CONCLUSIONES DE BERTA-ISABEL, LA VIUDA.

Por favor, para ver el Informe del Médico Forense, D. Juan Duarte Manzanal, abra este PDF. Gracias por haber entrado en mi Blog. Sus Comentarios son bienvenidos.

sábado, 8 de mayo de 2010

Penal: Informe Forense 2 de D. Javier Blazquez Aroca 7-6-1995

NOTA ACLARATORIA:

Como se puede comprobar por las fechas de las distintas citaciones, el Forense D. Javier Blázquez Aroca, recibió varias citaciones en el domicilio proporcionado por el Ilustre Colegio Oficial de Médicos, que tal y como ellos reconocen, no se responsabilidad de la veracidad (ni de la comprobación, ni de la justificación de su legitimidad como profesional que ejercía en ese momento como Cardiólogo Clínico en España) de los datos proporcionados, aunque supongo que el Dr. Blázquez Aroca, sí estaría al corriente de los pagos de su cuota anual en dicho Colegio.

El día 23 de mayo llamé a mi abogada Dña. María Esther Castellanos García para preguntarle si ya había comparecido el nuevo Forense. Me comunicó que no se encontraba su paradero.

Dado que en aquella época solo teníamos una compañía de teléfonos para toda España, y Telefónica publicaba anualmente 3 guías de datos para los usuarios. En la Guía de Páginas azules o Blancas (ya no lo recuerdo bien) se podían encontrar, además de los números de teléfono, las direcciones completas de los mismos.

No me fue muy difícil encontrar el domicilio del Dr. Blázquez Aroca, que estaba allí listado con su nombre completo. Al día siguiente, 24 de mayo de 1995 por la mañana temprano, se lo comuniqué al Juzgado de Instrucción 21, mediante una simple llamada telefónica. Así se pudieron continuar con los trámites de su citación. Aunque, dado que la Guía era anual, en aquella fecha, este Dr. ya había cambiado, de nuevo, su domicilio. Supongo, que el Secretario del Juzgado de Instrucción Nº 21, al no encontrarlo allí, pensó ya con lógica y no como un simple burócrata kafkiano -en caso de que no apareciera en el domicilio listado en la Guía Telefónica- después de lo que yo le había dicho cuando le llamé.

El Dr. Blázquez Arca compareció el día 5 de junio en el Juzgado de Instrucción Nº 21, y el día 7 ya tenía presentado su Informe por escrito. Como se puede comprobar no es más que un escrito puramente subjetivo, sin ningún tipo de carácter científico, en el que no le pudo dar tiempo ni a mirar los documentos, y nada más que se fijó, como mucho, en el Informe de Urgencias del Dr. Manla y en si la Dra. Pérez Pedrero había hecho su trabajo en la UCI o no. Mientras que se extiende en dar un juicio personalizado sobre el Dr. Arcas como cirujano, cuando yo jamás había puesto esto en tela de juicio. Yo no me estaba quejando de la falta validez de el Dr. Arcas Meca como profesional de la cirugía cardiaca, sino de su actuación como tal, en el caso de D. Vicente Morillo Monje, mi esposo, en concreto. Pero ya reconoce que la postura del Dr. Arcas es “extraña” por negarse a admitir a otro cirujano en la intervención, máxime, cuando, posteriormente yo me enteré de que el Dr. Artero Guirao también operaba en la Clínica Moncloa. Ya que en aquel momento ambos eran Cirujanos Cardíacos que trabajaban alternando quirófano en esa Clínica para ASISA.

Un doctor puede ser un gran profesional y una eminencia en su especialidad, pero en un momento dado, puede equivocarse completamente en su forma de actuar, o actuar con orgullo profesional, o buscar su propio prestigio personal en una Clínica donde aún no lo tiene (-y con ello causar la muerte del paciente- no por ello debería dejar de ser responsable de sus actos ante la Ley. Según me habían dicho sobre el Dr. Arcas Meca en la Clínica Moncloa, en respuesta a mis preguntas sobre él, él acababa de aterrizar en esa, recientemente inaugurada Clínica -que en aquel momento gozaba de los medios tecnológicos más modernos de todas las clínicas privadas españolas- traído desde País Vasco. Pero un buen profesional siempre debe ser responsable de sus actos. Y cuanto más, cuando en ellos se juega con la vida de pacientes que, por las circunstancias que sean, se encuentran en estado absoluta indefensión por ignorar o engañársele deliberadamente, en beneficio propio del Dr., en cuanto al verdadero estado de su gravedad.

No entiendo porqué el D. Javier Blázquez Aroca se extiende tanto en un informe para el cual no se siente capacitado y declara no poder dar un verdadero juicio de valor sobre la actuación Del Dr. Arcas Meca, dado que él no es un Cirujano Cardiaco, sino un Cardiólogo Clínico, y por lo tanto, no tiene capacidad médica suficiente para juzgar a un profesional que le supera en rango o que pertenece a otra rama profesional distinta. Con que hubiera declarado esto al principio del Informe, le habrían sobrado todas las demás palabras, y habría ahorrado, además, mucho dinero al Juzgado de Instrucción Nº 21 de Madrid. Quizá dio tantas explicaciones innecesarias para justificar la suma de las 35. 000 pesetas que cobró por dicho Informe.
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TRANSCRIPCIÓN DEL SEGUNDO INFORME DEL FORENSE
INFORME PERICIAL CARDIOLÓGICO SOBRE CASO 473l-c/94, JUZGADO DE INSTRUCCIÓN Nº 2l.

Estudiada la documentación correspondiente al expediente 473l—c/94, CONSIDERO:

Que las quejas de la denunciante van en dos direcciones:

- Por el trato humano recibido previo al ingreso y a lo largo de su estancia en la Clínica Moncloa.

- Por la posible negligencia profesional de alguno de los médicos que le trataron, Dr. Manla, Dra. Pérez Pedrero y Dr. Arcas fundamentalmente.

Del trato humano, si es real y cierto todo lo que denuncia la viuda, efectivamente puede tener razón, especialmente en que el Dr. Arcas no le informara de la gravedad de su esposo, tras la intervención quirúrgica y no volviera a visitarle tras la recaída que obligó a reingresarle en la U.C.I.. Pero este trato humano, criticable quizá desde algún punto de vista, NO AFECTA DIRECTAMENTE AL FALLECIMIENTO DEL PACIENTE.

Comprendiendo la angustia de esta mujer y su familia, creo que el trato y consideración de la Clínica Moncloa hacia ellos NO AFECTA EN NINGUN MOMENTO LA EVOLUCIÓN Y EL FATAL DESENLACE de la enfermedad de D. Vicente Morillo.
En cuanto a la actuación puramente profesional creo preciso distinguir tres cosas.

1ª.- La actuación de la Dra. Pérez Pedrero y de TODA LA U.C I. desde el punto de vista médico es intachable en todo momento, siendo quizá los que al tener que remontar y estabilizar a un paciente de tan alto riesgo, no solo desde el punto de vista cardiológico sino de Medicina Intensiva, actuaron siempre con Ética utilizando correctamente todos los medios a su alcance, por lo que según mi criterio no les es achacable ningún tipo de responsabilidad médica y mucho menos de negligencia profesional.

2ª.- Es posible que el día del ingrese del paciente, el 14 de Junio de 1.994, el Dr. Manla, al no ser cardiólogo, no repara en el pronóstico de lo que con buen criterio considera una banal infección respiratoria; en un portador de prótesisi cardiaca siempre puede resultar grave si no se trata a tiempo. Por lo que figura en el informe de Urgencias, la clínica podría achacarse a un pre-edema de pulmón, que al día siguiente ya se había instaurado completamente, por lo que es ingresado directamente en la U.C.I. Sólo esto es achacable al Dr. Manla, este retraso de varias horas en el comienzo del tratamiento correcto. Por otra parte, el propio Dr. Manla advierte una trombopenia que conseja valorar per el Servicio de Medicina Interna, tras un estudie exhaustivo del paciente. Aun pudiendo aceptar un exceso de optimismo por su parte al reenviar al paciente a su casa, EN NINGUN CASO esas 24 horas de retrase en el inicio del tratamiento de ese edema agudo de pulmón, son responsables el fallecimiento del paciente, ya que una vez ingresado en la U.C.I. el 15 de Junio, el paciente es tratado, estabilizado y diagnosticado perfectamente de la causa de ese edema de pulmón que resultó ser el mal funcionamiento de la prótesis colocada en el año 1.979 en válvula aórtica, así como la grave insuficiencia mitral, preparando al paciente para la intervención de alto riesgo de recambio de las 2 válvulas, el 24 de Junio de 1.994.

Por lo tanto aunque el Dr. Manla no hizo un correcto pronóstico, NO LE ES IMPUTABLE EN NINGUN MOMENTO NADA RELACIONADO CON EL POSTERIOR FALLECIMIENTO de D. Vicente Morillo, ya que una vez ingresado se le estabiliza hasta el día de la intervención.

3ª.- Intervención quirúrgica para recambio de prótesis malfuncionante y cambio de válvula mitral gravemente dañada.

Es en este punto donde cree que esta el centro de la denuncia.

Sin la autopsia será imposible emitir un juicio exacto clarificador y que averigüe, sin lugar a dudas, la causa exacta del fallecimiento del paciente.

Las intervenciones de este tipo siempre son difíciles, de alto riesgo y más en el caso presente en que una prótesis antigua está funcionando mal, probablemente desde tiempo antes de su cuadro de edema de pulmón y otra válvula esta gravemente afectada.

LA INTERVENCIÓN DEBE SER EFECTUADA CUANTO ANTES, siempre que lo permita el estado del paciente. El cirujano, Dr. Arcas Meca, es de un prestigio innegable, prestigio que ha alcanzado tras años de practicar y enseñar a otros esta técnica quirúrgica. Otra cosa es su trato personal con los pacientes y con sus familias, especialmente en este caso que nos ocupa. No conociéndole personalmente no sé cual es el trato personal del Dr. Arcas por lo que no puedo emitir juicio alquno. Profesionalmente si puedo decir que los resultados quirúrgicos del Dr. Arcas son equiparables a los de cualquier cirujano a nivel mundial. Con ello solo quiero resaltar que este tipo de intervención la realiza habitualmente y su capacidad para realizarla queda, a priori, fuera de toda duda.

Por otro lado el Dr. Arcas sí resalta la urgencia y gravedad de la intervención de D. Vicente Morillo. En este caso concreto, la no autorización expresa del paciente para ser operado, habría obligado al Dr. Arcas a darle un " alta voluntaria ", porque sin operarse, el fallecimiento podría ser inminente y ningún médico puede asumir ese riesgo. Si el Dr. Arcas no era de la confianza suficiente para la familia, deberían haberse negado expresamente a la intervención, haber trasladado al paciente a otro centro, o haber solicitado a otro posible cirujano su opinión INDEPENDIENTE MENTE de la del Dr. Arcas. Pero cuando éste comunica que le van a intervenir al día siguiente, la familia no pone impedimento ni se niega, por lo que la viuda no puede aducir que ella no autorizó la intervención sino el propio paciente que estaba su pleno uso de sus facultades. Otra cosa es que el Dr. Arcas no admitiera la presencia de otro cirujano en la intervención. Es extraña esa postura, quizá porque el Dr. Arcas no veía ninguna complicación especialmente difícil o fuera de lo habitual en este tipo de intervención. Aún así, y comprendiendo la angustia de la familia en esas horas, que quizá preferían que le operase el cirujano que le implantó la primera prótesis en 1.979 llegado el momento no ponen impedimento ni se niegan a la intervención por el Dr. Arcas.

La marca utilizada para el recambio valvular, Carbomedics, solo puede evaluarla un cirujano cardiaco, para emitir un juicio de valor sobre los resultados.

Del historial médico se desprende que es a raíz de la intervención quirúrgica cuando comienzan los problemas auténticos y graves que llevan al fallecimiento del sr. Morillo.

Para valorarlo solo el Dr. Arcas puede aportar más datos. En principio parece que las complicaciones post operatorias (exceso de Sintrón que lleva al sangrado excesivo, derrame pleural y otras) son relativamente habituales en este tipo de cirugía, sin llevar indefectiblemente al fallecimiento del paciente. La cantidad tan elevada de bilirrubina podría deberse a un fracaso hepático por las transfusiones de sangre, también habituales en esta cirugía.
En este caso, había un fracaso multisistémico, hepático, renal y cardiaco y esto hace inviable un trasplante.

CONCLUSIONES

1ª.- Sin la autopsia no puede achacarse objetivamente responsabilidad alguna al Dr. Arcas Meca por negligencia, error o mala práctica en su intervención el 24 de junio de 1.994 a D. Vicente Morillo.

2ª.- Un cirujano cardiaco quizá pudiera ampliar datos y emitir una opinión más extensa que la que puede dar un cardiólogo puramente clínico como es mi caso.

Es cuanto tengo el honor de decir, según mi mejor saber y entender, quedando a disposición se Su Señoría para cuanto crea necesario.

Madrid, a 7 de junio de 1.995

Fdo. Javier Blázquez Aroca

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jueves, 6 de mayo de 2010

Penal: Informe Forense 1 de D. Andres Bedate Gutierrez 24-01-1995

NOTA ACLARATORIA:

Nada más fallecer Vicente, alguien de la familia me preguntó: “ ¿No vas a pedir que le hagan la Autopsia?” En aquel momento, yo estaba en un terrible estado de shock, en el que no podía reaccionar, y cometí el grave error de pensar y contestar: “¿Para qué? ¡Si lo que ya quiero es que no le hagan más daño!” Porque en esos momentos te resultimposible comprender que alguien importante en tu vida, -que acabas de ver vivo, de estar hablándole o de verle respirar- ha dejado de existir en un instante. Como tu mente no quiere, tampoco, admitirlo, ni rendirse a la evidencia, eres incapaz de tomar una decisión que posteriormente será decisiva en cuestiones legales.

Durante el camino, hacia el entierro, desde Madrid hasta Dehesas, comencé a repasar todos los hechos acaecidos aquella trágica quincena. Y justo a la vuelta del Cementerio, le dije a mi padrastro, “No me voy a marchar de aquí hoy porque me he dado cuenta de que he cometido un error al no permitir que le hicieran la Autopsia. En su muerte hay algo que ahora me parece irregular, y como no se lo que es, creo que es mejor que mañana vaya a Ponferrada a solicitar que abran el nicho y le hagan la Autopsia”. Pero, al enterarse de esta idea “descabellada”, sus hermanos me aconsejaron que, por el bien de su padre, no lo hiciera. Ya que siendo él muy creyente, eso le habría parecido un sacrilegio. Respeté este deseo de ellos y cedí, porque me pareció comprensible.

El mayor error que cometí fue el de permitir que lo sacaran casi inmediatamente de la Clínica Moncloa – porque alegaron: “Tienen que sacar su cadáver de aquí de inmediato. Ya no podemos dejarlo aquí ni un minuto más. Es tanta la cantidad de líquidos que desprende su cuerpo, que nos está poniendo todo el suelo perdido” – hacia el Tanatorio sin hacerle allí mismo la Autopsia.

Se que con esa Autopsia, sí se hubiera sabido con certeza cual fue la auténtica causa -de entre un cúmulo de ellas- que produjo el fallecimiento de Vicente. A pesar de todo, yo SIEMPRE asumo TODOS mis errores como míos propios, y ahora no me arrepiento de ninguna de las decisiones que tomé en cada uno de aquellos distintos momentos.

Todo lo que presenté como denuncia en las Diligencias Previas podría parecer inventado por mí, a menos que la Corte de Justicia española no lo hubiese tenido en cuenta.

Aquí transcribo, - de los tres que se hicieron- el Informe del Primer Forense, solicitado por el Juzgado de Instrucción Nº 21 de Madrid.
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TRANSCRIPCIÓN DE ESTE INFORME
(NOTA: se añadió una aclaración en paréntesis para corregir un error en el nombre de la Clínica Moncloa y de la companía Médica ASISA.)

3R6846578

I N F O R M E: En Madrid a 24 de Enero de mil novecientos noventa y cinco.

Ante S.Sª., asistido de mi, el Secretario, comparece el Médico Forense de este juzgado D. ANDRÉS BEDATE GUTIERREZ y previo juramento que presta en debida forma, dice:

Que por mandato judicial ha reconocido el expediente sobre imprudencia con el número de diligencias previas 4731-c/94 y que del mismo se desprende:

Para la elaboración del presente informe hemos contado con la documentación que ha sido remitida per el Hospital Clínicas ASISAS (entiéndase: "Clínica Moncloa de ASISA), y por la parte denunciante.

D. Vicente Morillo Monje acude al Hospital Clínicas ASISAS (HCA) el día 14 de junio de 1994 hacia las 10.38 horas (folio 13), es explorado por el Dr. Manla, valorando su situación "ausencia de patología urgente" y estableciendo que "en caso de apreciar cualquier síntoma sobreañadido, acudirá a consulta". Asimismo receta Primperán y Almax, por ultimo se establece un control posterior por medicina interna para valorar la trombopenia existente.

Según las manifestaciones escritas en el folio 2 y 3, D. Vicente Morillo Monje, volvió a su domicilio, y a lo largo del día su situación fue empeorando progresivamente, hasta que en la madrugada del día 15 de junio de 1994, a las 3.55 horas, acude al mismo centro hospitalario, siendo recibido por el médico de guardia de urgencia la Dra. Pastor, es diagnosticado de un edema agudo de pulmón y una infección respiratoria. En el ecocardiograma realizado se establece un diagnóstico de prótesis aórtica disfuncionante (folios 14 y 15)

D. Vicente Morillo Monje es trasladado a la UCI el día 15 de junio y permanece en la misma hasta el día 17 de junio. En el informe de alta de la UCI, se aprecia en el apartado de evolución, que se encuentra pendiente de valoración sobre cirugía cardiaca, no ha habido complicaciones post-cateterismo y evoluciona favorablemente tratamiento diurético (folios 16 y 17).

La patología inicial de edema agudo de pulmón a lo largo de los días transcurridos es controlada, si bien persiste la derivada de la prótesis valvular. Una vez estabilizado el paciente, y suponemos que valorado positivamente, es introducido en el quirófano para su posterior intervención.

Es a partir de este momento, de la intervención, cuando consideramos que un especialista en cardiología debe valorar la actuación técnica quirúrgica y su posterior actuación médica de tratamiento postquirúrgico.


CONCLUSIONES
1º.- Que el día 14 de junio de 1994 cuando acude D. Vicente Morillo Monje al Hospital Clínicas ASISAS (HCA) a las 10.38 horas presentaba una sintomatología inespecífica que no denotaba un ingreso de urgencia.

2º.- Que la actuación del Dr. Manla, en base a la documentación aportada, se corresponde con la "lex artis ad hoc".

3º.- Que D. Vicente Morillo Monje en las horas siguientes desarrolla un cuadro patológico que hace necesario su ingreso en un centro hospitalario su posterior traslado a la UCI del hospital.

4º.- Que el día 17 de junio de 1994 es dado de alta en la UCI para ser trasladado a planta, donde evoluciona favorablemente y permanece hasta el día 24 de junio en que es operado.

5º.- Que la evolución desde la intervención quirúrgica, hasta la defunción, debe ser valorada por un especialista de la Clínica Médico Forense de Madrid.

Es cuanto tiene que informar en razón de su cargo.


Porfavor, entre en este enlace para ver el documento completo en PDF.

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domingo, 2 de mayo de 2010

Juicio Penal Diligencias previas 17-10-1994 Nº 4731

Diligencias previas 17-10-1994

NOTA: Transcribo el texto íntegro, que yo misma dicté a mi letrada, Dña. Mª Esther Castellanos García, por desconocer ella los hechos, pero dado que aún así, contiene distintos tipos de errores, corrijo los ortográficos y de redacción y añado, entre paréntesis, alguna palabra o explicación, para facilitar la mejor comprensión de este texto.


TOMO 1
Juzgado de Instrucción Núm. 21
Madrid
DILIGENCIAS PREVIAS
Número 4731
Nº Rtro. Gral. 6362
Fecha incoación 17-10-1994
Sobre imprudencia

Denunciante:
Berta-Isabel Cuadrado Álvarez
Procuradora:
Sra. Arduán Rodríguez (Rocío)
(Letrada:
Mª Esther Castellanos García)

Denunciados:
1. Mouffak Manla Barudi
Proc. Sra. de Zulueta Luchsinger
2. Dr. Arcas Meca
Proc. Sra. López Thomas
3. Pérez Pedrero
Proc. Sr. Codes Feijó
4. Mª Luisa Sánchez Sánchez
Proc. Sra. Álvarez del Valle Lavesque


Decanato Juzgados (Madrid)
Oficina registro y reparto Penal
Asuntos Penales e Instrucción
Nro. Registro General: 298820/1994
Procedencia: 5/5 p. Reparto/ Penal
Nª de Referencia: NO CONSTA
Fecha de presentación: 11/10/1994
Fecha de Registro: 11/10/1994
Terminación: 0
Clase: A6 Ordinarias
Destino: 1221 Jdo. Instrucción 21
6362, 4731
______________
INTERVINIENTES
______________
ORD APELLIDO, NOMBRE
______________
1. CUADRADO ALVAREZ, BERTA ISABEL
2 DR. MANLA
3 DR. ARCAS MECA
4 DRA. PÉREZ PEDRERO
5 DRA SÁNCHEZ SÁNCHEZ



AL JUZGADO DE INSTRUCCIÓN
Dña. Berta Isabel Cuadrado Álvarez, mayor de edad, y con domicilio en la calle XXX, de Madrid XXX, ante este juzgado comparece y como mejor derecho proceda,


DICE:

Que por medio del presente escrito presenta denuncia por un presunto delito de imprudencia profesional con resultado de muerte, contra el Dr. Manla con Nº de colegiado 31502y domicilio en la Clínica Moncloa de Asisa, sita en la Avenida de Valladolid; Dr. Arcas Meca, con domicilio profesional en la Clínica Moncloa, sita en la Avenida de Valladolid Nº; la Dra. Pérez Pedrero de la Unidad de Cuidados Intensivos, igualmente de la misma Clínica; contra la Dra. Sánchez y Sánchez con Nº de colegiado 18.096, igualmente de la Clínica Moncloa; así como contra el médico de urgencias que le atendió el día 1 de julio a las 14 horas hasta las 24:30 horas de la noche, y el Dr. que estaba de guardia en la UCI el día 1 de julio entre las 7 de la tarde hasta las 8 de la mañana del día 2 de julio, desconociendo este parte, el nombre de ambos.

HECHOS:

PRIMERO.- Que el día 13 de junio del presente año (1994), mi esposo D. Vicente Morillo Monje, se empezó a sentir indispuesto, devolviendo la cena sin digerir y tosió toda la noche, por lo que llamamos a urgencias de ASISA, recomendándonos (esta) que fuéramos a la Clínica Moncloa a la mañana siguiente ya que era de noche.

SEGUNDO.- Que el día 14 acudimos, como se nos dijo, a dicha Clínica, atendiéndonos el Dr. Manla por estar de guardia. El cual le dijo ( a Vicente) que no tenía nada grave y que se fuera tranquilamente para casa, ya que era un simple resfriado, y eso que D. Vicente Morillo, al tener implantada una válvula en el corazón (error de la letrada, debía haber escrito: "válvula aórtica") era un paciente de alto riesgo y su esposa había notado un sonido muy raro en el corazón, y su esposa tenía sospechas de que le había fallado la válvula, ya que el corazón no le latía normalmente, y al respirar parecía como si el corazón le hiciera burbujas, y al toser expulsaba esputos rosados.

TERCERO.-El Dr. ante estas manifestaciones, se rió y dijo a la esposa que no se pusiera nerviosa, que se fuera a su casa y si se ponía peor que volviera, recetándole, tal y como se puede comprobar por el parte (de urgencias) que se presenta, Primperán y Almax Forte.

CUARTO.- Que dicho médico, al conocer que tenía una válvula de Hancock, debía haberle recetado inmediatamente un antibiótico a fin de impedir que se produjera una infección y que la misma dañara la válvula, lo que supondría un paro de la misma en pocas horas.

Sin embargo, el médico (de urgencias, Dr. Manla) no le recetó nada (para impedir la infección de la válvula) e hizo caso omiso a los antecedentes del enfermo y a las observaciones de su esposa.

Igualmente, la esposa puso de manifiesto que los anteriores informes médicos, determinaban una regurgitación aórtica, y la esposa temía que esta se hubiera agravado, pero el médico dijo, sin apenas, mirarle, que no se notaba nada de eso.

QUINTO.- Que por las opiniones de los médicos y por los partes (médicos) que dictaron (en urgencias) se dio el alta médica a D. Vicente sobre las 15 horas del día 14, pese a que el (luego) fallecido seguía muy cansado, muy pálido y sin ganas de comer. Que igualmente tenía una tos seca que le impedía estar acostado, por lo que tenía que estar de pie.

Por la noche de ese mismo día, al acostarse, no podía ponerse de ninguna forma, ya que no dejaba de toser todo el tiempo. Sobre las 2:30 horas de la madrugada del día 15, la esposa volvió a llamar a urgencias, y le dijeron que volviera a llevarle a la misma Clínica (Moncloa), solicitando la esposa una ambulancia, ya que su marido se encontraba muy mal, diciéndole ( a ella) que no, porque no había sido recetada, que pidiera un taxi.

SEXTO.- Que la esposa, ante la tardanza del taxi, volvió a llamar a urgencias, diciéndoles que mandaran una ambulancia ante el grave empeoramiento de D. Vicente, diciéndole que no fuera pesada y que no podían mandar una ambulancia sin receta médica.

SÉPTIMO.- Que D. Vicente se levantó de la cama, y empezó a echar sangre al toser, y empezó a temblar y (a) sudar y tenía 38 (grados) de fiebre, por lo que la esposa, ya muy asustada y nerviosa, volvió a llamar a Urgencias, pidiendo nuevamente una ambulancia, por lo que la pusieron a hablar con el médico de guardia, el cual le dijo "que dejara de dar la noche, que ya era la tercera vez que llamaba, y que esperara al taxi, que no era grave lo que tenía".

Cuando llegó el taxista, que (tan tarde porque) no encontraba la casa. El taxista no podía llegar hasta (la puerta) de la Clínica (porque había entrado junto a la orilla del rio), por lo que D. Vicente tuvo que andar más de 100 metros hasta el hall, con una toalla en la boca para (recoger) la sangre que manaba y (estaba) tiritando. Al verle como iba, y que se desmayaba, y que su esposa no podía con él, corrieron a atenderle y a sentarle en una silla, retirándole toda la toalla llena de sangre, mientras, seguía tosiendo constantemente, por lo que fue atendido por la Dra. María Cruz Pastor Verde, la cual le atendió muy humanamente, y al verle tan mal dijo porqué no había ido antes al hospital, por lo que la esposa le mostró el informe de urgencias del día anterior, asombrándose (esta Dra.) de que le hubieran dado el alta con el cuadro médico que presentaba. Dicha Dra. le aoscultó y le atendió, teniéndole en observación toda la noche. Después del Eco-cardiograma me comunicó (comunicó a la esposa) que la válvula había fallado (y) producido un edema pulmonar, por lo que tenía que ser inmediatamente ingresado en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).

OCTAVA.- Desde las 12:48 horas del día 15 de junio, hasta el día 17 del mismo mes, en que la Dra. Pérez Pedrero, en su consulta, que tenía a diario, comunicó a la esposa que el problema del edema pulmonar había sido subsanado, y que estaban pendientes del informe del Cateterismo que le habían hecho el día 16 por la tarde. Que lo encontraba bastante bien, que tendría que restablecerse para poder ser intervenido quirúrgicamente, por lo que le darían en planta un tratamiento, y que si la esposa quería, se lo podría llevar a casa mientras esperaban la operación, y cuya única condición era que siguiera dicho tratamiento.

La esposa comentó (a esa Dra.) que si su esposo tenía que ir a su casa y se podía esperar, que a ella le gustaría que le operara el Dr. Girao (Artero Girao), que era el doctor que le implantó (le había implantado) la válvula (en el Ruber) y la Dra. dijo que sería mejor, ya que siempre era más recomendable un Dr. que conozca (conociera) al paciente.

DÉCIMO.- El día 16 de junio, el Dr. Sobrino Daza, le había realizado, entre las 19 y las 21 horas, un Cateterísmo, informando a la familia (esposa) que le había hecho un cateterismo muy largo y muy completo, y que el corazón de su marido era joven, y lo había aguantado perfectamente, aunque sentía comunicar(le) que tendrían que cambiar(le) no solo la válvula aórtica, sino también la mitral. Según el informe de ese Dr. su corazón contraía bien y no tenía lesiones coronarias obstructivas, por lo que creían que todo iría bien, aunque la operación era muy seria.

UNDÉCIMO.- D. Vicente permaneció en planta desde el día 17 por la tarde sobre las 20 horas hasta el día 24 a las 16:20 horas, que entró en el quirófano. Durante ese periodo de tiempo, la familia (esposa) habló con el Dr. (Artero) que le había implantado la válvula, y le dio el teléfono del mismo al Dr. Arcas Meca, para que hablaran sobre la operación del paciente. Pese a todo esto, el paciente, en ausencia de su esposa, fue convencido por el Dr. Arcas de que su estado era tan grave que no podía salir de la Clínica sin ser operado (por él y allí mismo).

DÉCIMO SEGUNDO.- Ante esta situación, (y) lo inminente de la operación y (dado) que, en ningún momento, pudo la esposa elegir el cirujano, la esposa acudió al Cardiólogo de su marido durante los últimos 15 años, el Dr. Saravia Ripoll, el cuál le comunicó que su esposo podía ser intervenido por quién la familia y el paciente eligieran, y que no tenían porqué obligarles a aceptar un cirujano. El jueves 23 a las 24 horas, el Dr. Arcas Meca fue a comunicar a la familia que al día siguiente, sobre las 16 horas, D. Vicente sería operado. Dicha visita la hizo en compañía de otro médico que haría las veces de anestesista.

La esposa solicitó que el Dr. Artero Girao estuviera en la operación aunque tuviera que ser el paciente y su familia quién pagara su presencia (en el quirófano). Ante lo que el Dr. Arcas se ofendió y manifestó que aunque el Dr. Artero era su amigo, nunca le permitiría que estuviera en una operación suya.

DÉCIMO TERCERA.- La familia consintió la operación, ante la gravedad que manifestaba el Dr. Arcas, (y) temiendo, según los informes de dicho médico, que una dilación de la misma tuviera un desenlace fatal. D. Vicente mejoró (había mejorado) notablemente mientras estuvo (había estado) en la planta, aunque su palidez y delgadez eran grandes. Se levantaba, acudía al servicio y hacía de vientre con normalidad, se duchaba y aseaba, etc.

DÉCIMO CUARTA.- El día 24, sobre las 16 horas bajó (lo bajaron) al quirófano. Anteriormente comunicaron a la familia que una operación normal duraría unas 4 horas. La familia estuvo más o menos hasta esa hora, e igualmente estuvo tranquilo el pasillo del quirófano, pero a las 20:30 horas salió una enfermera del quirófano de D. Vicente dos veces corriendo con tubos de análisis, y otra vez salió corriendo y volvió con otra enfermera, y sobre las 21:30 horas entraron en el mismo quirófano dos hombres vestidos de calle, lo que hizo pensar a la familia que algo grave estaba sucediendo en el quirófano.

DÉCIMO QUINTO.- Que D. Vicente salió del quirófano sobre las 22:30 horas, inconsciente, y el Dr. (Arcas) solamente manifestó (a la familia) que todo iba bien y dentro de lo que esperaba. Manifestó, igualmente, a las preguntas de la esposa, que, la operación había ido bien, solo que había sido un poco más larga de lo normal. La esposa vio a D. Vicente en la UCI sobre las 23:30 horas de esa noche y seguía inconsciente, conectado a (un) respirador artificial, y las enfermeras (le) dijeron que todo se encontraba dentro de los cauces normales.

DÉCIMO SEXTO.- A la mañana del día siguiente estaba consciente, y por la tarde, le quitaron el respirador artificial. EL día 26, la máquina de drenaje estaba llena de sangre, y la esposa preguntó a la Dra. Pérez Pedrero que si tenía hemorragia, a lo cual a (la) Dra. Respondió que había tenido un poco más de lo normal, pero que ya estaba corregido, y que todo estaba controlado. La esposa pudo comprobar, en la visita que le hizo por la tarde, que las pulsaciones eran muy bajas, a veces tenía 46, y entonces, habló con el Dr. De la UCI, un médico de unos 50 años y con barba, del cual se desconoce su nombre, y le preguntó que si era peligroso. Dijo que era a causa de su fibrilación ventricular, (ya) que no había sido corregida con la operación, y que le iban a conectar un marcapasos temporal hasta que el corazón cogiera un ritmo normal.

Así, D. Vicente, estuvo con el marcapasos hasta el día 30 del mismo mes, y el mismo doctor (de la UCI) le comentó a la esposa que ese mismo día le mandarían a la habitación ya que su corazón era autónomo.

Que, igualmente, le comunicaron los Dres. de la UCI que se habían pasado en la dosis de Sintrón, por lo que en un día o dos, no le podían (podrían) administrar un medicamento que era un anticoagulante, y que durante un día o dos no podían (podrían) darle más porque su sangre estaba demasiado fluida, y (esto) sucedió sobre el día 27, pese a que se la había puesto casi toda la sangre del cuerpo, casi 4,800 litros.

DÉCIMO SÉPTIMA.- Desde el día 28 D. Vicente comía, y el miércoles 29, le levantaron a una silla, y estuvo unas dos horas sentado. Le levantaron en presencia de su esposa y no se mareó mientras le levantaban. El día 30, sin embargo, ya no le levantaron porque, según la enfermera que le atendía, sospechaban que tuviese una sobreinfección.

La esposa había comentado a los dos doctores de la UCI, que ya que después de la transfusión se había puesto tan amarillo, (ella) quería saber cuál era su grado de bilirrubina. La Dra. Manifestó que había llegado hasta 12, pero que en ese momento descendía, y la esposa manifestó que (le) parecía raro (lo que le decía), y aque D. Vicente cada vez estaba más amarillo y cansado.
El viernes, llamaron a la esposa sobre las 11:30 horas, porque le trasladaban a la planta, y la esposa llegó sobre las 12:00 horas, y esperó, al menos, durante 30 minutos a que le preparasen. Mientras habló con el Dr. de la UCI, el cual le dijo que le habían tenido más tiempo del normal en la UCI porque, como ya había estado dos veces, querían que saliera con la seguridad de que no corría riesgo ninguno, y que si le mandaban a planta, era porque todos los problemas del post-operatorio habían sido subsanados.

DÉCIMO OCTABA.- Pese a eso, D. Vicente manifestó (a la esposa) que se encontraba muy revuelto porque, en la UCI, le habían puesto un enema, y que creyó morir en el esfuerzo para poder hacer de vientre por primera vez, después de 8 días sin poder obrar. Una vez en la habitación, totalmente amarillo y muy sudoroso, le caía el sudor a chorros. Se quedó sin asistencia, ya que no había ningún doctor en la planta, y eso que eran las 13:00 horas.

DÉCIMO NOVENA.- Sobre las 14:20 horas manifestó que tenía un fuerte dolor en el pulmón derecho. Por lo que se llamó a las enfermeras que le hicieron un Electro Cardiograma. Y le dijeron a la esposa que todo estaba bien, y que seguramente era un dolor reflejo o gases, pero nada de lo que preocuparse. La esposa solicitó un médico, pero las enfermeras le dijeron que en ese momento no era necesario, y que si lo fuera, ya llegaría uno.

Al ver que D. Vicente no hacía más que quejarse de que no le llegaba el oxígeno, porque le habían dejado solamente las ”gafas”, la esposa les pidió que le subieran el nivel de oxigeno de 3.5 o que bien, le trajeran una mascarilla, a lo que las enfermeras se negaron alegando que estaba bein.
Sobre las 15:30 le aumentó el dolor, y le pasó al brazo derecho, entonces llegó el Dr. De Urgencias, después de que le llamaran unos 30 (minutos) antes, y le recetó Nolotil(NOTA: Este medicamento potencia la acción del Sintrón, por lo que no se puede administrar a este tipo de pacientes).

D. Vicente no comió ese día nada, e hizo dos deposiciones blandas y verdes y, sin para en todo momento de sudar, y sin que orinara. Y cada vez se le veía peor. Se volvió a llamar al Dr. A las 17:30 horas, pero no apareció hasta las 18 horas. Mandó a la enfermera que urgentemente le hiera(n) dos análisis y una radiografía.

El segundo análisis tenían que hacérselo en el pulso. No se pudo hacer, por no encontrárselo, después de intentarlo durante 20 minutos. Su tensión era muy baja. La radiografía se (la) hicieron a las 19 horas de la tarde. Mientras la esposa, ante su gravedad, habló con el Dr. Manla que estaba de Urgencias (de nuevo), el cual le dijo (a la esposa) que, después de la Radiografía subiría a la habitación (a ver al paciente). Ante la preocupación y la situación de su marido, la esposa fue a la UCI para ver a algún Dr. De se Departamento, y salió la Enfermera Jefe, y le dijo que ningún Dr. De la UCI podía atender a su esposo por haber sido dado de Alta, y que tenía que ser atendido por los doctores de Planta. Negándose, en todo momento a avisar a un doctor. Si bien, se (le) debió de comunicar el estado de D. Vicente al Dr. Arcas, ya que este estaba esperando a la puerta del Quirófano, donde (según manifestó “estaba operando”), cuando D. Vicente salía de (hacerse) las radiografías. Suplicándole la esposa que hiciera algo, que su marido estaba muy grave. A lo cual el Dr. Dijo que no podía en ese momento, y que cuando terminara de operar iría.

D. Vicente fue devuelto a su habitación. Allí seguía quejándose de que no le llegaba el oxígeno. Le pusieron una mascarilla que le estaba pequeña, pero el Dr. (de Urgencias) le aumentó a 10 el nivel de oxígeno. Como seguía sin orinar, le cambiaron la sonda. (Su esposa) le dio tres vasos de agua delante del doctor (de Urgencias) pero no orinó. Seguía sudando mucho. El brazo derecho estaba cada vez más hinchado junto al vientre. Dos enfermeras intentaron hacerle el análisis que no habían podido hacerle antes, pero después de 10 minutos una, y 20 minutos otra, (ambas) desistieron. Su tensión era cada vez más baja.

Cuando llevaron (a la habitación del paciente) las Radiografías, subió el Dr. De la UCI, con una enfermera. Ante la continua queja de falta de oxigeno, fueron a por una mascarilla a la UCI. Durante todo ese tiempo los doctores no dieron (habían dado) ninguna información a la familia de lo que pasaba.

Pese a que el Dr. De Urgencias recomendó que (la esposa) le diera agua con frecuencia, no orinó, no cenó y, sobre las 20 horas, empezó a devolver con unas arcadas muy fuertes -por lo que la esposa avisó a las enfermeras. Y acudieron la del turno de tarde y noche, que acababa de entrar- arrojando bilis verdes y agua. Cuando la esposa fue a taparle, se dio cuenta de que, quizá por el esfuerzo, se le había abierto la herida ( de la operación), ya que tenía una mancha de sangre, en la sábana, encima del pecho. Por lo que llamó a las enfermeras, nuevamente tres veces, pero nadie acudió. Así que la esposa estuvo (el resto del tiempo) con una gasa tapándole la herida.
Sobre las 23 horas, llegó (a la habitación del paciente) el Dr. Arcas. La esposa le preguntó qué le pasaba a su esposo. Que si era por (causa) del enema. Que desde que se lo habían puesto estaba muy mal. Y que ella esperaba que, después de devolver, mejorar, pero que no orinaba, y que su tensión era cada vez más baja, pidiéndole que , por favor, le viera las radiografías (que le habían hecho aquella tarde) y que viera qué tenía. A lo que él (el Dr.) respondió que le juraba que en la operación había ido todo bien, y que todo era debido a un derrame pleural. En ese momento, la esposa no sabía la gravedad (que eso) podía tener. El Dr. Arcas dijo que se marchaba, pero que volvería en un rato. Y nunca más volvió a la habitación.

Sobre las 23:30 horas, D. Vicente, empezó a marearse. La esposa llamó a la enfermera, y le tomó la tensión. Viendo que tenía 4,2, la enfermera salió corriendo a buscar al Dr. De Urgencias, que acudió con el de la UCI. La esposa tomó (del brazo) a este último y le sacó al pasillo, para que le dijera qué tenía su marido, y este le respondió que sentía mucho tener que decirle que se moría, porque su corazón no contraía bien después de la operación, y que no había nada que hacer.

VEINTEAVA.- Era la primera vez que un médico (le) decía a las esposa que su corazón (el de D. Vicente) no respondía después de la operación. Ante el shock, la esposa, durante un rato, no pudo entrar a la habitación estando en la misma, el Dr. De Urgencias. Cuando entró la esposa nuevamente, los doctores y la enfermera se fueron. (Ella) procedió a incorporar a su marido del todo, porque era la única manera de que no se mareara. Pero (él) ya no tenía fuerza ni para hablar. Entonces empezó a pedir un doctor, muy bajo. Y volvieron a llamar a la enfermera. Y vino de nuevo el médico de Urgencias con el de la UCI y otra enfermera. Pidiendo la esposa al doctor de la UCI que le llevaran a la UCI porque se moría, y que le pusieran algo, para que no le doliera. Y así lo hicieron. D. Vicente estaba ya agonizando, y sus ojos se abrían mucho. Dichos doctores le metieron en la UCI sobre la 1 de la madrugada. Esperando, la esposa vio como pasaban con frascos de análisis, y cómo un doctor acudía con una plancha, grande, roja y negra, y cómo otro doctor con una máquina de electro-shock. Sobre las 2:00 horas, y ano había movimiento. (La esposa pidió) hablar con el doctor de la UCI, y él le dijo que le habían provocado un paro para darle un shock, (a) ver si su corazón tomaba fuerzas, pero que no lo habían conseguido, y que no había nada que hacer. La esposa preguntó si se le podía hacer un trasplante, o (ponerle) un marcapasos o algo, y él respondió que era imposible ya que estaba prácticamente muerto, y que solo podía aguantar unas horas. Por lo que, su esposa, pidió verle. Después de esperar media hora, entró donde estaba D. Vicente. Vio como sus constantes vitales eran muy bajas. Marcando el corazón 110 y 70, y la tensión era de 22/20, y la línea de abajo – capacidad pulmonar- era plana. Aunque tenía puesto el tubo de respiración artificial. Todo su cuerpo estaba hinchado, sobre todo la parte derecha del mismo. Su cuello contraído contra el hombro derecho y tenía la lengua fuera y los ojos abiertos, pero insensibles al movimiento, e, igualmente, estaba amoratado.
La esposa manifestó que su esposo estaba muerto, y pidió que no sufriera más, a lo qu ele respondieron que estaba sedado, y que no sentía nada. (El doctor le dijo) que lo dejara en sus manos. Que le harían una punción para ver si le podían sacar la sangre de la pleura, y que, a veces, ocurrían milagros. La esposa se animó algo, y le pidió que hiciera todo lo que pudiera para salvarle la vida. La esposa esperó hasta las 7 de la mañana, y volvió a preguntar si le habían hecho la punción y si estaba mejor. A lo que le contestaron que no se la habían hecho porque esperaban al siguiente turno, pero que no se preocupara porque seguía estable. Que de todas formas no iban a conseguir nada, y que avisara a la familia, porque le desconectarían a media mañana.

La esposa fue a verle a medio día, y comprobó que sus constantes eran las mismas, y que le habían cerrado los ojos. AL esposa vio una cicatriz, a la altura de la clavícula derecha (del paciente) que antes no tenía, y que estaba cubierta por una gasa, aunque se notaba que le habían puesto un líquido gris plateado, como si fuera quemado. Al preguntar (ella sobre esto) le manifestaron que no le habían hecho nada.

Los doctores comunicaron a la esposa que D. Vicente había fallecido a las 18:30 horas del día 2 de julio.

FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Único.- el Art. 565 del C. P. (Código penal) recoge la negligencia por impericia profesional con causa de muerte.

Por lo expuesto,

SUPLICO.- QU e teniendo por presentado este escrtio, se sirve admitirlo y , en su virtud, acordar la tramitación del juicio oral contra los doctores denunciados, por un delito de negligencia, por impericia profesional, y (que) en su día se dicte sentencia, por la cual se condene a los mismos a las penas que marca la Ley, así como a la Responsabilidad Civil subsidiaria en su Clínica Moncloa, en la Avenida de Valladolid, de esta Capital…

OTROSÍ DIGO.- Que solicito se tome declaración a los médicos , y se ofcie, a fin de que se remitan todos los informes médicos del fallecido, y posteriormente se remitan al Médico Forense Cardiólogo, a fin de que emita informe sobre la actuación profesional.

SUPLÍCO .- Que se acuerde proceder a realizar las pruebas anteriormente solicitas.

En Madrid a 9 de octubre de mil novecientos noventa y cuatro.
Berta-Isabel Cuadrado Álvarez

Véase documento completo, más adjuntos, en este PDF.

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